La economía de Estados Unidos se enfrenta a un nuevo y preocupante desafío en 2025: la drástica caída del turismo extranjero, acompañada por un boicot a productos estadounidenses en varias regiones del mundo. De acuerdo con proyecciones del reconocido banco de inversión Goldman Sachs, el impacto económico podría representar hasta un 0,3 % del Producto Interno Bruto (PIB) del país, lo que equivale a cerca de 90.000 millones de dólares en pérdidas.
Este escenario, que ya ha comenzado a sentirse desde inicios del año, se convierte en un factor más que contribuye al creciente riesgo de una recesión económica en la principal economía del planeta.
Un desplome en las cifras del turismo extranjero
Los datos más recientes, publicados por la Administración de Comercio Internacional (ITA), indican que las llegadas aéreas de no ciudadanos a EE. UU. cayeron casi un 10 % en marzo en comparación con el mismo mes del año anterior. Esta tendencia negativa se ha intensificado desde enero y continúa generando preocupación en sectores claves como el comercio, la hotelería, la gastronomía y el transporte.
Uno de los casos más llamativos es el de Colombia, donde el número de connacionales que viajaron a Estados Unidos entre enero y febrero de 2025 disminuyó un 2,3 %. Esta reducción no solo refleja un cambio en los patrones de viaje, sino también las tensiones diplomáticas entre ambos países.
El conflicto diplomático entre Colombia y Estados Unidos
A finales de enero de 2025, un impasse diplomático entre el gobierno de Gustavo Petro y la administración de Donald Trump provocó una suspensión temporal en los servicios consulares en Colombia. Esto generó demoras y cancelaciones masivas de entrevistas para visas, lo que afectó directamente la capacidad de los colombianos para viajar a EE. UU.
Aunque los servicios consulares se reanudaron el 31 de enero, el daño ya estaba hecho. Las agencias de viajes reportaron una caída en las reservas, y muchas personas desistieron de sus planes ante la incertidumbre diplomática.
Este conflicto ha influido en el sentimiento general de los viajeros, generando desconfianza y malestar. Además, ha alimentado una tendencia creciente de boicot a los productos y servicios estadounidenses en diversos sectores de la población latinoamericana.
Boicot global a productos estadounidenses: una amenaza silenciosa
No solo el turismo se ha visto afectado. Diversos movimientos sociales, políticos y económicos en distintas regiones del mundo han promovido el boicot a marcas y productos estadounidenses, como forma de protesta ante políticas exteriores del país norteamericano.
Este fenómeno, que inicialmente parecía marginal, ha comenzado a tener efectos tangibles. Grandes cadenas de distribución internacionales han reportado una caída en la venta de productos originarios de EE. UU., desde tecnología y alimentos hasta prendas de vestir y servicios digitales.
La combinación entre la reducción del turismo extranjero y este boicot comercial está empezando a erosionar lentamente las bases del consumo externo que sostiene a la economía estadounidense.
El impacto económico: hasta US$90.000 millones en pérdidas
De acuerdo con Goldman Sachs, si esta tendencia se mantiene a lo largo de 2025, el impacto total sobre el PIB podría alcanzar hasta 90.000 millones de dólares, lo que representa un 0,3 % del producto interno bruto.
Aunque pueda parecer una fracción menor del total de la economía, en términos absolutos se trata de una cifra colosal que afectará gravemente a sectores clave como:
- Hotelería y hospedaje
- Restaurantes y gastronomía
- Transporte aéreo y terrestre
- Centros comerciales y retail
- Parques temáticos y atracciones turísticas
Además, la pérdida de ingresos turísticos tendrá un efecto dominó sobre el empleo. Miles de trabajadores en ciudades como Nueva York, Miami, Las Vegas y Los Ángeles podrían ver reducidas sus horas de trabajo o incluso perder sus empleos.
¿Puede Estados Unidos revertir la tendencia?
El gobierno estadounidense, consciente del problema, ha comenzado a explorar estrategias para reactivar el turismo internacional. Entre las medidas que se están considerando están:
- Campañas internacionales de promoción turística
- Reducción de tiempos en el trámite de visas
- Facilitación de ingresos para turistas en aeropuertos
- Alianzas diplomáticas con países clave de América Latina, Europa y Asia
Sin embargo, estas estrategias tardarán en dar resultados, y el daño económico inmediato parece inevitable. Por ello, diversos expertos ya hablan de una crisis turística sin precedentes, que podría convertirse en uno de los catalizadores de una posible recesión en el segundo semestre del año.
Latinoamérica y Colombia: piezas clave en el mapa turístico de EE. UU.
Latinoamérica ha sido históricamente una región fundamental para el turismo en Estados Unidos. Países como México, Brasil, Argentina y Colombia han representado un volumen importante de visitantes, especialmente hacia destinos como Florida, California y Texas.
La caída del 2,3 % en los viajes desde Colombia durante los dos primeros meses de 2025 puede parecer modesta, pero al proyectarse a lo largo del año, podría representar cientos de millones de dólares en ingresos perdidos para aerolíneas, hoteles y comercios estadounidenses.
Además, el conflicto diplomático no solo afecta al turismo, sino también a los lazos comerciales, académicos y culturales entre ambos países. Esto podría tener consecuencias más profundas a mediano plazo.
¿Se avecina una recesión en Estados Unidos?
La combinación entre una posible crisis turística, un boicot comercial en aumento, y una incertidumbre diplomática global, está elevando el riesgo de recesión en Estados Unidos.
Aunque los indicadores macroeconómicos aún se mantienen relativamente estables, los analistas advierten que estos “golpes silenciosos” al consumo externo pueden debilitar el crecimiento económico en 2025, sobre todo si se combinan con otros factores como:
- Altas tasas de interés
- Desaceleración del empleo
- Caída de las exportaciones
- Aumento de la deuda pública
De mantenerse la tendencia actual, Estados Unidos podría entrar en una recesión técnica a finales de 2025, lo que tendría repercusiones globales.
Conclusión: un panorama complejo con impacto global
La caída del turismo extranjero en EE. UU. y el boicot a productos estadounidenses representan más que una simple disminución en el número de visitantes o consumidores. Se trata de señales preocupantes sobre la fragilidad de la economía global y los efectos que pueden tener las tensiones políticas en los mercados internacionales.
Para países como Colombia, la situación también es delicada. La diplomacia se convierte en una herramienta clave para garantizar no solo el flujo de viajeros, sino también la estabilidad en las relaciones comerciales y culturales.
La economía estadounidense está frente a un reto inédito. La pregunta es: ¿sabrá adaptarse a tiempo?