En un giro significativo en la política internacional, Estados Unidos anunció la eliminación de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Esta decisión, tomada en los últimos días de la administración de Joe Biden, responde a recomendaciones del gobierno colombiano, liderado por Gustavo Petro, y representa un cambio importante en las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Un cambio inesperado
El anuncio fue realizado por la Casa Blanca en una rueda de prensa sorpresiva. En este evento, se comunicó también la liberación de presos políticos detenidos tras las protestas de julio de 2021 en Cuba. Estas acciones fueron posibles gracias a la mediación del Vaticano y coinciden con la decisión de retirar sanciones que pesaban sobre la isla.
La medida marca un regreso al enfoque diplomático adoptado por la administración de Barack Obama, cuando Cuba había sido excluida de esta lista. Sin embargo, en 2021, bajo la administración de Donald Trump, La Habana fue reincorporada, acusada de ofrecer refugio a líderes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) tras un ataque en Colombia que dejó 22 muertos.
Cuba hacía parte de esta lista desde 2020 por decisión de la Administración Trump y su retiro de la lista negra ocurre faltando 6 días para que Donald Trump regrese al poder. |
La influencia de Colombia
Según funcionarios estadounidenses, la carta enviada por el gobierno colombiano en octubre de 2023 fue decisiva para este cambio. En ella, se destacó el papel positivo de Cuba en las negociaciones de paz con grupos insurgentes. “Cuba ha demostrado un compromiso significativo en la búsqueda de la paz”, indicó uno de los voceros durante la rueda de prensa.
Esta iniciativa colombiana también fue respaldada por otros países, como Brasil, Canadá, España y Chile, que solicitaron acciones concretas para mejorar las relaciones con Cuba. De acuerdo con Estados Unidos, la decisión también cumple con la normativa que exige una revisión exhaustiva para verificar que Cuba no ha participado en actividades terroristas durante los últimos seis meses.
Alivio para los cubanos
Entre las medidas complementarias, Estados Unidos también anunció una exención del Título 3 de la Ley Helms-Burton, lo que limita demandas contra Cuba por propiedades confiscadas. Además, se rescindió un memorando que restringía transacciones financieras con ciertas entidades cubanas. Estas decisiones buscan mejorar la situación económica y política de la isla, beneficiando a la población.
El gobierno de Biden enfatizó que estas acciones buscan resultados prácticos en materia de derechos humanos, priorizando el bienestar del pueblo cubano. “Anticipamos un alivio rápido para los presos políticos y sus familias”, afirmó un funcionario.
Un futuro incierto
El anuncio llega en un momento políticamente sensible, a solo días de la investidura de Donald Trump como presidente. Este hecho ha generado críticas entre sectores republicanos y la comunidad cubana en Estados Unidos, quienes podrían presionar para revertir esta decisión.
Aunque el Congreso tendrá la oportunidad de revisar la medida, la ley otorga a la administración de turno la autoridad final en la designación o eliminación de países de la lista de patrocinadores del terrorismo. Resta por ver cómo evolucionarán las relaciones entre Cuba y Estados Unidos bajo el nuevo liderazgo republicano.
Implicaciones globales
La decisión de Biden refuerza la importancia de la diplomacia multilateral y subraya el papel de Colombia como mediador clave en conflictos internacionales. Al mismo tiempo, abre la puerta a una posible mejora en las relaciones entre Estados Unidos y otros países de América Latina, consolidando la colaboración regional.
En un mundo cada vez más interconectado, esta medida podría sentar un precedente para resolver conflictos mediante el diálogo y la cooperación, en lugar de la confrontación.