El ayuno prolongado es una práctica ancestral que ha captado la atención de la ciencia moderna, no solo por sus beneficios para la pérdida de peso, sino también por sus posibles impactos positivos en la salud general. Un reciente estudio publicado en la revista Nature Metabolism revela que los efectos más significativos del ayuno comienzan a manifestarse después de tres días completos de restricción calórica, un descubrimiento que podría revolucionar el enfoque de ciertas terapias médicas.
Cambios metabólicos: del azúcar a la grasa como fuente de energía
Durante los primeros tres días de ayuno, el cuerpo experimenta una transición metabólica esencial. Abandona el uso de la glucosa como principal fuente de energía y comienza a quemar las reservas de grasa almacenadas. En el estudio, 12 voluntarios sanos sometidos a un ayuno de siete días únicamente con agua perdieron en promedio 5,7 kg de masa grasa y magra. Sin embargo, después de reanudar la alimentación, la pérdida de masa magra se recuperó casi por completo, mientras que la masa grasa permaneció reducida.
Este cambio en las fuentes de energía es conocido, pero el verdadero hallazgo del estudio fue identificar cambios a nivel molecular que solo aparecen después de tres días completos de ayuno. Los investigadores detectaron modificaciones significativas en aproximadamente una de cada tres proteínas presentes en los principales órganos del cuerpo, mostrando una respuesta sistémica a la falta de alimento.
El impacto del ayuno en las proteínas y el cerebro
Por primera vez, los científicos han mapeado cómo cambian los niveles de miles de proteínas en el cuerpo durante el ayuno. Este hallazgo es crucial, ya que las proteínas desempeñan roles fundamentales en procesos como la reparación celular, la función del sistema inmune y el metabolismo.
Entre las proteínas afectadas, destacaron aquellas que están relacionadas con la estructura de soporte de las neuronas en el cerebro, lo que sugiere posibles beneficios neuroprotectores del ayuno prolongado. Estas alteraciones moleculares podrían explicar por qué el ayuno ha sido utilizado históricamente para tratar enfermedades como la epilepsia y la artritis reumatoide.
Ayuno y terapias futuras: un nuevo horizonte médico
El estudio, liderado por el Instituto de Investigación de la Universidad Queen Mary de Londres (PHURI) y la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte, también tiene implicaciones para pacientes que no pueden realizar un ayuno prolongado debido a condiciones médicas. Según Claudia Langenberg, directora de PHURI, los resultados podrían servir de base para desarrollar tratamientos que simulen los efectos del ayuno sin necesidad de una restricción calórica estricta.
Mike Pitzner, coautor del estudio, destacó que estos hallazgos apoyan conocimientos ancestrales sobre los beneficios del ayuno para tratar ciertas enfermedades. “Esperamos que esta información sirva para desarrollar terapias accesibles para pacientes que no pueden ayunar, pero que necesitan los beneficios que esta práctica ofrece”, comentó.
Más allá de la pérdida de peso: beneficios para la salud
Aunque muchas personas recurren al ayuno como una herramienta para perder peso, este estudio confirma que sus beneficios van mucho más allá. Además de la reducción de grasa corporal, el ayuno puede mejorar funciones cognitivas y reducir marcadores inflamatorios, lo que abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas para diversas enfermedades.
Sin embargo, es importante recordar que el ayuno prolongado debe realizarse bajo supervisión médica. Aunque es una práctica con potencial, no es adecuada para todas las personas, especialmente aquellas con condiciones de salud preexistentes.
Conclusión: una práctica milenaria con respaldo científico
El ayuno, una práctica utilizada desde tiempos ancestrales por razones tanto culturales como médicas, está siendo revalorizado gracias a la ciencia moderna. Este estudio marca un paso importante hacia la comprensión de los mecanismos moleculares que subyacen a sus beneficios y abre la puerta a nuevas aplicaciones terapéuticas.
En un mundo donde la medicina personalizada está en auge, estos descubrimientos no solo subrayan la importancia de adoptar hábitos saludables, sino que también inspiran la creación de tratamientos innovadores que podrían cambiar vidas.
FUENTE: https://www.nature.com/articles/s42255-024-01008-9