Elon Musk ha presentado una nueva demanda contra OpenAI, el gigante de la inteligencia artificial que ayudó a fundar en 2015. En esta ocasión, el magnate ha incluido a Microsoft y varias figuras clave del sector tecnológico en su acusación, alegando prácticas anticompetitivas y uso indebido de información confidencial. Esta demanda marca un capítulo más en la compleja relación entre Musk y OpenAI, una organización que nació como sin fines de lucro y que actualmente busca operar como una empresa comercial.
Los puntos clave de la demanda
El equipo legal de Musk presentó la moción en un tribunal de distrito de California, solicitando una orden judicial que detenga las actividades que él considera perjudiciales para la competencia y la misión original de OpenAI. Entre las acusaciones destacan:
- Disuadir a inversores de apoyar empresas competidoras como xAI, la alternativa de Musk a OpenAI.
- Uso indebido de información confidencial obtenida a través de la alianza entre Microsoft y OpenAI.
- Reestructurar la gestión de OpenAI con fines comerciales, transfiriendo activos y propiedad intelectual.
- Realizar acuerdos que beneficien a los intereses financieros de miembros clave de las organizaciones implicadas, como Sam Altman y Reid Hoffman.
Los abogados de Musk argumentan que, si estas acciones no se detienen, habrá “daños irreparables” para el público y para las promesas iniciales de la organización.
OpenAI: de sin fines de lucro a una entidad comercial
OpenAI comenzó como una organización sin fines de lucro con el objetivo de hacer la investigación en inteligencia artificial accesible para todos. Sin embargo, en 2019, cambió su estructura a una empresa de “beneficio limitado” y, más recientemente, busca operar completamente como una entidad comercial. Musk sostiene que esta transformación contradice la misión original de la organización.
En la demanda, Musk asegura que fue engañado tras donar más de 44 millones de dólares a OpenAI y que algunos acuerdos recientes, como la selección de Stripe como procesador de pagos (donde Sam Altman tiene intereses financieros), representan conflictos de interés.
Las implicaciones para Microsoft y otros acusados
La demanda también apunta a Microsoft, Reid Hoffman y Dee Templeton, alegando que estos actores clave han usado sus posiciones para promover acuerdos que violan leyes antimonopolio y comprometen la competencia justa. Según los abogados, las conexiones entre OpenAI y Microsoft permiten el intercambio de información confidencial que Musk considera ilegal.
Reid Hoffman, en particular, es señalado por su rol en las juntas directivas de ambas empresas, lo que, según Musk, le dio acceso a transacciones privilegiadas. En cuanto a Templeton, los abogados creen que su nombramiento como observadora en la junta de OpenAI pudo facilitar acuerdos cuestionables entre Microsoft y la organización de inteligencia artificial.
Declaraciones y posibles repercusiones
Mientras Musk insiste en que OpenAI debe conservar su estatus benéfico para cumplir con su misión, OpenAI desestima la demanda calificándola como “infundada”. En un comunicado, un portavoz de OpenAI señaló que este cuarto intento de Musk para entablar una demanda "repite las mismas quejas sin fundamento".
Si el tribunal accede a la solicitud de Musk, podría imponer restricciones importantes a las operaciones comerciales de OpenAI y Microsoft. Sin embargo, si no lo hace, el equipo legal de Musk advierte que los fondos de OpenAI podrían ser insuficientes para compensar posibles pérdidas, lo que tendría repercusiones para los inversores y la industria en general.
El resultado de esta batalla legal no solo definirá el futuro de OpenAI, sino que también podría sentar precedentes importantes para la regulación y competencia en el mundo de la inteligencia artificial.