Las inundaciones devastadoras que golpearon la región de Valencia la semana pasada han desatado una fuerte oleada de protestas y descontento en la comunidad de Paiporta, uno de los suburbios más afectados. Durante la visita del rey Felipe VI, la reina Letizia y el primer ministro Pedro Sánchez el pasado 3 de noviembre, cientos de residentes se reunieron en las calles para expresar su indignación. Algunos manifestantes arrojaron barro a las autoridades mientras coreaban "¡Asesinos, asesinos!", en señal de protesta por la falta de advertencias y la lenta respuesta de los servicios de emergencia.
El impacto de esta tragedia ha sido profundo. Al menos una docena de personas fallecieron, y decenas aún se encuentran desaparecidas mientras que unas 3,000 viviendas permanecen sin electricidad. Residentes como Nuria Chisber, quien con lágrimas en los ojos clamaba: "Los muertos siguen en los garajes, las familias buscan a sus seres queridos. Todo lo que queríamos era ser advertidos y nos habríamos salvado". El clima de tensión y frustración reflejó el sentimiento general de abandono entre los habitantes de Paiporta, quienes creen que la tragedia pudo haberse evitado con una advertencia a tiempo.
Durante su visita, el rey Felipe VI, vestido con un abrigo oscuro y acompañado por su esposa, se esforzó por escuchar a los afectados. En un gesto conmovedor, abrazó a un hombre que rompió en llanto. Por su parte, la reina Letizia fue vista también con lágrimas y rastros de barro en el rostro mientras consolaba a algunos residentes. Sin embargo, el primer ministro Sánchez optó por retirarse rápidamente ante la hostilidad de los manifestantes.
Falta de Coordinación y Responsabilidad
El gobierno central atribuyó la responsabilidad de emitir alertas a las autoridades regionales, argumentando que estas debían actuar conforme a la información disponible. Sin embargo, el gobierno de Valencia, encabezado por Carlos Mazón, defendió su actuación y afirmó haber hecho lo posible con los datos que tenía a mano. Mazón fue recibido con abucheos e insultos cuando visitó Paiporta, aunque él mismo aseguró en una publicación en X (antes Twitter) que entendía la rabia de los ciudadanos y que permanecería allí para escuchar sus quejas. “La actitud del Rey esta mañana ha sido ejemplar”, añadió.
Jorge Olcina, experto en clima de la Universidad de Alicante, opinó que con una advertencia a tiempo muchas de las víctimas podrían haberse salvado, y criticó la falta de coordinación entre las autoridades nacionales y regionales. No obstante, reconoció que la magnitud del desastre hizo que la situación fuera extremadamente difícil de manejar.
En respuesta, Sánchez se comprometió a investigar posibles negligencias y pidió unidad política para enfrentar esta tragedia. Las inundaciones, que destruyeron calles, inundaron edificios y arrasaron con vehículos y estructuras en torrentes de barro, ya se consideran el peor desastre de inundaciones en Europa en un solo país desde 1967, cuando murieron unas 500 personas en Portugal.
El gobierno español ha desplegado miles de tropas y policías adicionales en una de las mayores operaciones de rescate en tiempos de paz. Las autoridades buscan evitar que la tragedia se agrave y restaurar la confianza de los residentes, quienes claman por justicia y respuestas ante lo que consideran una catástrofe evitable.