Al menos 45 personas murieron anoche en un ataque israelí en una supuesta “zona segura” en el barrio de Tal al Sultan, en el noroeste de Rafah, donde cientos de personas desplazadas se refugiaban en un campamento improvisado que Israel aún no había ordenado evacuar.
El primer ministro Benjamín Netanyahu afirmó este lunes que la muerte de civiles en el ataque israelí en el campo de desplazados en Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, es un “trágico percance”.
“Estamos investigando el caso, esa es nuestra política. Para nosotros, cada daño a civiles no involucrados es una tragedia”, indicó Netanyahu en una audiencia en la Knéset (Parlamento israelí) con familias de rehenes sobre la guerra en la Franja, que ya suma más de 36.000 víctimas mortales, más del 70 % de ellas civiles, según el reporte de las autoridades sanitarias del enclave controlado por Hamás.
El ataque en Rafah tuvo lugar en un campamento improvisado en el barrio de Tal al Sultan, donde cientos de personas desplazadas buscaban refugio. El Ejército israelí indicó que la operación estaba dirigida a eliminar a dos altos mandos de Hamás que se encontraban en un edificio de la zona. Sin embargo, admitieron que un incendio posterior provocó un alto número de víctimas mortales.
La fiscal general militar, la mayor general Yifat Tomer Yerushalmi, ha ordenado abrir una investigación sobre este bombardeo al Mecanismo de Investigación y Evaluación del Estado Mayor, una entidad semindependiente formada por exmilitares que ya investigó el ataque de Israel a un convoy humanitario de la ONG World Central Kitchen hace un mes, en el que murieron siete empleados, seis de ellos extranjeros.
"Antes del ataque, se tomaron una serie de medidas para reducir el riesgo de dañar a civiles no involucrados, incluida vigilancia aérea, el despliegue de municiones precisas e información de inteligencia adicional. Sobre la base de estas medidas se evaluó que no se esperaba ningún daño a los civiles", indicó el Ejército sobre el ataque en Rafah.
Netanyahu participó en una sesión extraordinaria en la Knéset a petición de 40 diputados, lo que obliga al primer ministro a asistir a la sede parlamentaria. También asistieron familiares de los rehenes, quienes reclaman un acuerdo inmediato para liberar a todos los secuestrados y temen que incidentes como el ataque en Rafah dificulten las negociaciones.
Actualmente, unas 120 personas siguen en poder de Hamás, de las cuales una tercera parte ya habría muerto. En total, el 7 de octubre del año pasado, 150 personas fueron raptadas por milicianos palestinos y casi 1.200 fueron asesinadas.
"Desde diciembre y hasta ahora, he recibido cinco solicitudes del equipo negociador para ampliar su mandato y aprobé todas y cada una de ellas", explicó Netanyahu a las familias.
La oficina del primer ministro anunció la semana pasada que autorizó al equipo negociador a retomar las negociaciones en El Cairo y se espera que así suceda mañana, aunque el liderazgo de Hamás insiste en que no hay acuerdo posible mientras Israel no acceda a poner fin a la guerra, a lo que Netanyahu se opone.
“(Yahya) Sinwar —líder de Hamás en Gaza y cerebro de los ataques del 7 de octubre— no puede dictar los términos de nuestras operaciones”, afirmó Netanyahu, reiterando que Israel continuará con sus esfuerzos militares hasta desmantelar la capacidad operativa de Hamás.
La situación en Gaza sigue siendo extremadamente tensa, con civiles atrapados en el fuego cruzado y una comunidad internacional cada vez más alarmada por la escalada de violencia y la crisis humanitaria en la región. La comunidad internacional ha instado a ambas partes a buscar una solución pacífica y poner fin a las hostilidades que continúan cobrándose vidas inocentes diariamente.
Escenas desgarradoras en Rafah. Sobrevivientes palestinos intentan recuperar los cuerpos de civiles, muchos niños y bebés han sido asesinados por los bombardeos israelíes. #Rafah #Gaza 💔🇵🇸 pic.twitter.com/ANAXOVW0jm
— NOTI724 - Últimas Noticias (@noti724) May 27, 2024