CNN ha reportado una noticia impactante sobre la economía japonesa, la cual experimentó una contracción inesperada debido al débil consumo interno. Esta situación ha llevado al país a entrar en recesión, marcada por una caída en la producción y una desaceleración del crecimiento económico, lo que ha resultado en la pérdida de su posición como la tercera economía más grande del mundo, siendo superada por Alemania.
El Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo a una tasa anualizada del 0,4% durante los últimos tres meses de 2023, luego de registrar una contracción anualizada del 3,3% en el trimestre anterior, según informó el gabinete el día jueves. Una recesión se define comúnmente como dos trimestres consecutivos de declive económico.
La caída del PIB resultó ser significativamente mayor de lo esperado por el mercado. Economistas encuestados por Reuters anticipaban un crecimiento trimestral del PIB del 1,4% entre octubre y diciembre. Estos datos confirman que durante el año pasado, Japón ocupó el cuarto lugar como la economía más grande del mundo en términos de dólares, después de Alemania.
La demanda interna mostró particular debilidad, con las principales categorías de gasto interno, incluyendo el gasto de los consumidores, registrando cifras negativas. Solo la demanda externa, que cubre las exportaciones de bienes y servicios, tuvo una contribución positiva al PIB.
El consumo privado, que representa la mitad de la economía japonesa, cayó un 0,9% interanual en el cuarto trimestre, mientras que los consumidores japoneses luchaban contra el aumento de los precios de los alimentos, el combustible y otros bienes, sugiriendo un tercer trimestre consecutivo de declive.
Japón, que importa el 94% de sus necesidades energéticas básicas y el 63% de sus necesidades alimentarias, se ha visto afectado por un yen débil, lo que ha contribuido significativamente al aumento de los costos de vida. Neil Newman, estratega macroeconómico de Japón con sede en Tokio, destacó que el yen ha caído un 6,6% frente al dólar estadounidense en lo que va del año, convirtiéndolo en una de las monedas con peor desempeño entre las utilizadas en el Grupo de los Diez países industrializados.
A pesar de la recesión técnica, los mercados japoneses han mantenido un buen desempeño, con el índice Nikkei 225 subiendo un 1,2% y cerrando por encima de los 38.000 puntos por primera vez desde 1990. Algunos economistas sugieren que es probable que la recesión se atenúe en los próximos meses. Min Joo Kang, economista senior de ING Group, expresó que a pesar del decepcionante resultado del cuarto trimestre de 2023, se espera una recuperación en el PIB del primer trimestre de 2024.
Después de una disminución a finales del año pasado, se espera que el consumo privado mejore en el trimestre actual, gracias a la estabilización de la inflación y al aumento previsto de los salarios. Además, se espera que la inversión en hardware aumente debido a las sólidas ganancias corporativas y a la fuerte demanda de tecnología de la información.
Los analistas de Capital Economics han observado que las encuestas empresariales y del mercado laboral pintan un panorama más optimista del entorno empresarial de lo que sugieren las cifras iniciales. En diciembre, la tasa de desempleo cayó a un mínimo de once meses, situándose en el 2,4%. Además, la encuesta Tankan del Banco de Japón encontró que las condiciones comerciales en todas las industrias y empresas fueron las más sólidas desde el cuarto trimestre de 2018.
Se espera que el gobierno revise al alza las cifras del cuarto trimestre el próximo mes durante su revisión periódica. Goldman Sachs ha pronosticado que la economía de Japón crecerá un 1% en el primer trimestre de 2024. A pesar de algunas incertidumbres, los inversores japoneses continúan mostrando optimismo, con el mercado de valores japonés experimentando un rendimiento excepcional en 2023, con el índice Nikkei subiendo un 28%, lo que lo convierte en el mercado con mejor desempeño en Asia.
En resumen, aunque Japón ha enfrentado una recesión inesperada, existen señales de recuperación en el horizonte, respaldadas por una serie de factores económicos positivos y una confianza generalizada en los mercados japoneses.