En un paso crucial hacia la transformación del panorama laboral en Colombia, la Comisión VII de la Cámara de Representantes aprobó los primeros 16 artículos de la reforma laboral propuesta por el gobierno del presidente Gustavo Petro. Tras más de cuatro meses de estancamiento en esta célula legislativa, el impulso recibido permitió desestimar la ponencia negativa de la oposición y allanar el camino para la ponencia positiva, con 14 votos a favor y 7 en contra.
La representante del Pacto Histórico, María Fernanda Carrascal, coordinadora ponente del proyecto, destacó este avance como "un primer paso fundamental hacia las garantías de trabajo digno y decente para las familias trabajadoras del país". Esta iniciativa había debido ser radicada nuevamente en el presente semestre, tras su hundimiento en la legislatura anterior por falta de trámite.
Se esperaba que solo se votara la ponencia positiva y que la discusión del articulado comenzara el próximo semestre. No obstante, se logró avanzar en varios artículos esenciales de la propuesta oficial. Entre ellos, se destaca el artículo que establece un aumento gradual del recargo dominical para los trabajadores, pasando del actual 75% al 100% a partir de julio del 2024, si el proyecto es aprobado en sus cuatro debates. Esta medida se aplicaría en un progresivo incremento: alcanzando el 80% en 2024, el 90% en 2025 y finalmente, el 100% en 2026.
Además, se aprobó el inicio del recargo nocturno a partir de las 7 de la noche, en contraste con las 9 de la noche estipuladas en la legislación actual.
La ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, destacó la importancia de estos cambios afirmando que "esto es un logro importante que permitirá a todos los colombianos seguir avanzando hacia la senda de derechos".
El debate sobre los 82 artículos restantes del proyecto se pospuso para febrero, cuando concluya el receso legislativo iniciado recientemente. En esta etapa, los congresistas de la Comisión VII deberán discutir aspectos cruciales del proyecto, incluyendo aquellos relacionados con el sindicalismo y la huelga, considerados puntos álgidos y controversiales.
Sin embargo, la oposición se mantiene firme en su postura crítica, argumentando que este proyecto podría tener efectos adversos en el empleo formal, promover la informalidad y generar conflictividad laboral. Andrés Fofero, representante uribista, expresó su preocupación afirmando que "con recesión a la vista y mientras el país canta villancicos, el gobierno aprueba reforma que destruye empleo formal".
A pesar de que hay artículos con buenas intenciones, algunos representantes recalcan la necesidad de analizar a fondo los posibles efectos negativos a largo plazo, particularmente en relación con las pequeñas y medianas empresas.
El próximo año se anticipa como el momento en el que se abordarán los temas más polémicos del proyecto, manteniendo en vilo a la sociedad colombiana, especialmente en lo concerniente al sindicalismo y la regulación de las huelgas.
La reforma laboral en Colombia continúa siendo objeto de un intenso escrutinio y debate, siendo un tema que no solo afecta a los trabajadores y empleadores, sino que también tiene impactos significativos en la economía y la sociedad en general.